Una manera de prevenir enfermedades neurológicas es ejercitar la mente. Para ello, es necesario llevar una vida saludable.

Desde la Sociedad Española de Neurología advierten que la mayoría de factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares también son cerebrovasculares. Por tanto, el primer paso para cuidar nuestro cerebro es vigilar la hipertensión, la obesidad, la diabetes etc.

Hay algunos datos sorprendentes. ¿Sabías que hasta un 40% de los casos de Alzheimer se podrían reducir llevando hábitos de vida más saludables?

Aquí tienes algunas recomendaciones para mantener tu cerebro activo y sano.

Tener una vida intelectual activa

Nuestro cerebro tiene una característica que lo hace muy flexible: la plasticidad. Nuestras capacidades se van modificando según nuestras experiencias y nuestro entorno.

El cerebro no es igual siempre, tiene la capacidad de crear nuevas estructuras y redes neuronales. Y esto es así a lo largo de toda la vida, no solo en la infancia.

Hay estudios que demuestran que leer, participar en juegos de mesa, acudir a conferencias y realizar otras actividades mentales suponen menos riesgo de deterioro cognitivo. Eso sí, hay que practicarlas habitualmente.

Ejercicio físico regular

Sí, así es. El ejercicio también está relacionado con la salud del cerebro a diferentes niveles:

  • Beneficia a la memoria y el aprendizaje, protegiendo ante enfermedades como el Alzheimer.
  • Ayuda a la formación de nuevas neuronas.
  • Tiene efectos antidepresivos y ansiolíticos. Se consigue gracias a una regulación de los neurotransmisores.
  • El sedentarismo se asocia con enfermedades como la diabetes o los ictus.

Solo realizando 45 minutos al día de actividad física ya se disminuyen los riesgos, merece la pena ¿no?

Puedes conocer más sobre la relación entre deporte y cerebro en el libro Cerebro y ejercicio del CSIC.

Vida social activa

Las conexiones sociales han demostrado mejorar la función cerebral. Tener una vida social activa es importante por muchas cosas, ya que somos seres sociables y que necesitamos de los demás.

Pero además los estudios corroboran que mantener relaciones sociales es una de las mejores maneras para mantener nuestro cerebro activo y en forma.

Hace poco un estudio de la Universidad de Pittsburgh indicaba que esto es especialmente importante en personas mayores. Tener una vida social activa tiene como consecuencia una materia gris más robusta en aquellas regiones relacionadas con la demencia.

Alimentación saludable

La nutrición afecta a nuestro cuerpo a todos los niveles, y el cerebro no es una excepción. Los nutrientes juegan un papel activo en cómo funcionan los neurotransmisores. Una alimentación saludable es capaz de mejorar la capacidad de pensar, la memoria, la concentración, el sueño e incluso el humor.

Hay alimentos que ayudan a nuestro cerebro a funcionar mejor. Estos son algunos:

  • Legumbres
  • Nueces y frutos secos
  • Frutas
  • Huevos
  • Carne roja, hígado y otros alimentos ricos en hierro
  • Pescados grasos y alimentos ricos en Omega-3
  • Hortalizas y plantas crucíferas

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